En la investigación por la muerte del coronel de la Policía Óscar Darío Dávila Torres, que la Fiscalía confirmó se trató de un suicidio, se traza ahora una línea que busca establecer los motivos que tuvo el oficial para tomar está drástica determinación.

Dentro de esta pesquisa es de suma importancia la declaración rendida por el intendente Javier Galeano Arango, ayudante o estafeta de Dávila.

Una cosa sí está clara, de acuerdo con la versión de la Fiscalía, y es que el intendente Galeano nada tuvo que ver con la muerte de su superior.

Así las cosas en las últimas horas se conocieron apartes de la declaración del uniformado, que se había convertido en hombre de confianza del coronel Dávila.

En algunos apartes de la declaración juramentada reveladas por el noticiero de televisión CM&, el estafeta relató los últimos minutos del oficial que a él le tocó presenciar.

Dijo que después de ir a una tienda vecina a comprar agua, regresó a la camioneta en la que lo esperaba su jefe, y alcanzó a encontrarlo con vida. Incluso cruzaron palabras. 

"Me devuelvo para la camioneta y al llegar abro la puerta donde está mi coronel y veo que está apuntando con mi pistola de dotación a la altura de la cabeza y me dice: 'Muchas gracias por todo', y se dispara en la cabeza", señaló Galeano según el reporte de CM&.

El estafeta reconoció que tras presenciar el momento del suicidio, agarró el arma de fuego bajo el argumento de que quería evitar que la esposa del coronel, la primera a la que le avisó, la usara también para atentar en contra de ella misma, como probable reacción de dolor.

Entonces le pidió a la patrullera Dayana Álvarez, primera uniformada en llegar al lugar de los hechos, que guardara el arma, pero esta no la recibe consciente de que es un elemento material probatorio de gran valía para la investigación.

La patrullera también será escuchada en declaración.

Sobre el coronel Óscar Darío Dávila Torres se indagaba si además del uso ilegal del polígrafo contra la niñera Laura Sarabia, había participado en las interceptaciones ilegales a las empleadas de la ahora exfuncionaria, tras la pérdida de un maletín con dinero de su residencia.

Ahora se sabe que Dávila Torres estaba tomando un fármaco para la ansiedad, y entre los interrogantes por despejar están, entre otros, quién le entregó y recetó el fármaco.

Además, cuándo y quién le facilitó los 50 millones de pesos para pagar el abogado con el que buscaba defenderse dentro del caso que era investigado.

Otra punta de la indagación es cómo un oficial con ese cuadro clínico seguía a cargo de una de las oficinas de Casa de Nariño encargada de la seguridad del Presidente Gustavo Petro, y la Vicepresidenta Francia Márquez.